Debajo de la escalera.
Debajo de la escalera
reverberan voces agoreras.
En las grietas asoman manos descarnadas
con tretas despiadadas.
Es una hacienda yerma
donde sestea la afrenta.
La acústica está insonorizada a la esperanza,
pues cerúleas almas
devinieron brunas
y ahora vagan erráticas en la inmunda espesura...
Debo subir la escalera
con porte incólume a la tragedia.
¡Las voces no pueden adueñarse de mi propia esfera!
¿Y si sólo fuera un trampantojo?
Puede que quienes braman
sean daltónicos en karma.
Los peldaños claman mis pasos:
¿Para blandir mi corazón al horror
o mutar a un “Yo” mejor?
Logorreico mensaje
insurrecto en paz anhelante.
Marisa Béjar, 17/03/2018
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