Ocaso blanco.
Soñé que era el ánade
que sobrevolaba un mar de quincalla.
Mi Ser quebró aguas encadenas
en osamenta
endiablada.
Batí mis alas bajo la torva mirada del leviatán
en busca de un reino naftalino
que exponencialmente se hallaba perdido…
Descorrí las sórdidas hordas del destino,
la amnesia siempre fue mi hogar favorito.
Ahora finó el enumerador de mis días.
En mi sepelio el ánade insomne me arrulla
un cántico enigmático:
<<¿Acaso
el ocaso
es blanco?>>.
Marisa Béjar, 04/05/2018
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ResponderEliminarInmensamente agradecida por tu presencia en mi blog y tu halagador comentario. Bellísima reflexión. Besos Don Dumas!
EliminarEl ocaso es tan blanco como la mala memoria necesaria para buscar el colorido destino. La búsqueda del destino requiere de todas las alas, de todos las miradas aladas. De tu bella poesía
EliminarBesazos
En el blanco no hay esperanza, en la oscuridad la dicha puede que se halle escondida y un día la veamos.
EliminarMaravilloso leer tu interpretación, puede que la búsqueda del destino requiera recurrir a nuestro oráculo interior. Muchas gracias por la visita. Besos Don Dumas.