BESOS VERSUS PUÑETAZOS
Y entonces comprendí que en
la vida como en el boxeo, a veces ni los besos ni los golpes se pueden evitar. Que
no se vive en un eterno estado de dolor
ni de placer.
Los puñetazos que más me dolieron
no los vi venir. Algunos guantes tiranizaron mi cabeza en un inmisericorde
zumbido ensordecedor, que afortunadamente desapareció.
Tampoco vislumbré la
trayectoria de los besos que más me gustaron, simplemente los encontré como un
bello regalo en mis labios. Como el de aquella primera cita con un chico que me
sorprendió en medio de un restaurante
con el beso más bonito de mi vida. Una trayectoria que hubiera deseado infinita,
pero al igual que los golpes: también desapareció.
Luchamos por conseguir un
triunfo que en ocasiones se escapa porque no nos pertenece, recibiendo el
reverso de lo deseado: la maldita y perversa realidad postrada ante nosotros.
Sin devaneo alguno y con su habitual firmeza, se asienta en nuestra vida
soterrando nuestros deseos. Y ella es la unánime vencedora.
Un mal golpe en el ring me
lanza al suelo y termina el combate. La realidad gana la batalla, la realidad
se torna adversidad. La ficción del sueño decae ante realidad imperante que se
enarbola en el podio del poder.
El encuentro con el beso
deseado sin visualizar el sendero que delimita ambos seres abruma mis sentidos,
pero sus efectos también desaparecen.
Me quedé sola en un meditabundo estado gris, porque no soy capaz
de ver las trayectorias y porque adolezco de la virtud de perpetuar los
impactos que más deseo. Y cuando sólo me queda el recuerdo de sus besos, los impactos
de seda sobre mis labios devienen
puñetazos.
Marisa Béjar,
21/04/2010.
Practiqué boxeo durante once años, la de la foto soy yo.
La imagen fue captada por la fotógrafa profesional Carme G.
Practiqué boxeo durante once años, la de la foto soy yo.
La imagen fue captada por la fotógrafa profesional Carme G.
Muy bueno, muy bello. Gracias dama y mi enhorabuena
ResponderEliminarMuchas gracias por leer mi relato y dejar un bonito comentario. Te lo agradezco mucho.
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