El cercado electrizado.
Mi ser anclado y varado
en un cercado electrizado.
Donde el
sonido es aullido
y el oxígeno ha huido.
Donde el sol está proscrito
y el
olvido circunscrito.
Donde la daga esclava vaga
y mi esperanza tiene
amurallada.
Donde el invierno avanza y no se apiada,
y sólo encuentro cenizas
heladas.
Donde mis manos sin unión
golpean el poste de la desazón.
Ésta es la vida en el cercado,
adusto paraje, sórdido e inanimado.
Marisa Béjar, 16/ 02/ 2010.
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