La Fontana de Trevi.
Tantas almas has congregado,
¡y hasta el cielo
enamorado!
Majestuoso y sublime estanque,
de impacto siempre
electrizante.
Tus seres dominan un
mar embravecido,
con gestos de antaño entumecidos.
Espacio santo, pues… ¡somos tantos!
y sólo siento un
tenue murmullo.
Muchas monedas han lanzado,
al ver tu encanto
atesorado.
Deseos dormitando enmarañados
que en ligeras gotas
flotan
para los apasionados.
Pasan las horas y aun
estando sola,
te contemplaré al
despuntar la aurora.
Viviré siempre en el tejado de al lado
y me fundiré en los
ecos del pasado.
Marisa Béjar.
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