lunes, 8 de mayo de 2017
Pañuelo blanco al cuello anudado.
El péndulo místico balancea,
incienso que impregna la estratosfera,
velas que en penumbra centellean.
Las hadas pululan en mi alcoba,
esféricos vuelos parpadean
y el mal escamotean.
Acérrimas a mi pasión,
repelen el dolor.
Susurran cuál es el camino.
Espolvorean partículas broncíneas
en mi cuerpo envuelto en seda,
ávido en tu espera.
Desconexión.
Inhalo sándalo:
connotación de amor.
Destilación de vigilia.
Soy volátil:
¡sólo una brizna de mí misma!
Transito entre adoquines y pórticos de antaño,
atisbo un abrevadero de caballos.
Cascada de rosados encajes sobre mis piernas,
pamela con ramilletes de flores sobre la cabeza.
Mi mano entrelazada,
alzo la mirada.
¡Eres tú!
Inmensurable abrazo de almas…
Sufro un vahído,
¡temo despertar en mi lecho vacío!
Revuelo de minúsculas alas.
Un hada violácea y con voz aflautada
me indica que en la alameda
me esperas.
Mis pasos en la tierra resuenan.
Soy corcel indomado
con brío inusitado.
¡Ya estoy!, mi amado.
Paraje aromatizado
con fervorosas resinas del pasado.
Estás frente a mí,
con tu pañuelo blanco al cuello anudado.
Se cierne el día:
infatigable letanía de horas sin ti, mi vida.
Hablo atropellada.
Tus besos sellan mis labios…
Intubada a ti, así es como quisiera vivir.
Iridiscentes recuerdos embriagan mi ser,
por más siglos que pasen jamás te olvidaré.
Marisa Béjar, 07/05/2017.
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Magnífico, místico a la par que real, lisergico que acaba en romántico, puro Rimbaud y Boudellaire. Precioso. Te hace volar y sentir salirte de tu propio cuerpo en el comienzo, justo lo que necesitaba leer. Enhorabuena. Poema MAYUSCULO.
ResponderEliminarBesos.
Muchísimas gracias por leerlo y dejar un comentario tan fascinante. Me siento halagada por todo lo que expresas... Es justo como me sentía en ese momento: un espectro vagando en algún otro reino... Besos.
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