Hay un resuello que quiebra mi sueño…
Despierto en una alcoba empolvada,
cortinas burdeos de pana ventean alcanzando las ramas.
Aquí resido,
desde hace más de un siglo.
De sus labios brotó la esperanza,
las dríadas nos dieron su savia.
Vivimos en un celuloide verdeante
con vierteaguas para la distancia,
y centinelas que hiparan ante el peligro.
Desde la última estrella del cielo
nos vieron unidos con nuestro hatillo diamantino.
Me anclé un tragaluz iridiscente por sombrero
y te filtrabas cuando no estabas.
Pero ahora el tragaluz está enlosado;
te perdí vadeando el río.
El amor es subversivo, poroso, y usa anteojos sin vidrio.
Marisa Béjar 31/07/2019
Imagen Anka Zhuravleva
Alma rimada
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.