lunes, 30 de octubre de 2017

Perpendicularidad.




Soy un guerrero exangüe,
la última estocada me anuda a esta tierra magenta y fría.
Y ahora veo la orla de mis días…
Lamento la perpendicularidad de los sueños
que ungidos en inabarcable notoriedad
hallaron un plano fugaz donde habitar.
Pero sólo fue una mota en el paisaje idealizado
para crear caminos separados.

En medio de la nubosidad
oigo el tintineo de la argolla de mi vida:
infame silbido de perpendicularidad
que aleja mi lucha del laureado final.

Se acerca una luctuosa figura de rostro cetrino,
avanza con parsimonia;
el “No Tiempo” es su victoria.

¡Soy como una muñeca de porcelana
sobre su peana…!
Vagos intentos nulos por alzar 
mi cuerpo al mundo;
la tierra me abraza y el espectro me llama.
Sólo puedo refugiarme bajo mi escudo.

Embebido
bajo el zumbido de la guerra,
no advierto al fantasma que 
en mi hombro se recuesta.
Creí que iba a envilecerme,
pero para mi sorpresa
 esta fue su arenga:
<<Sacrílega morada 
en perpendicularidad chapeada.
Espíritu de vida encelada, 
esta no es tu última batalla:
¡Avanza!>>.




Marisa Béjar, 29/10/2017.



miércoles, 25 de octubre de 2017


El cónclave del horror.






Es el cónclave del horror; los congregados parlotean un idioma algebraico.

Seres que son tragafuegos de su propio dolor para posterior deflagración del interlocutor.

Hay buhoneros que engatusan a los peregrinos con amplificada ingeniosidad, creando pareidolias afines con su voluntad.

La cordura está obturada, la necedad instaurada.

Apoltronados en el sillón los eruditos deben hallar el epigrama.

La tierra se quiebra  y se abre en traviesas de madera. Algunos logran saltar y contemplan el vacío con rostro contrito. Otros caen en manos de entes hediondos y zaparrastrosos de voz estropajosa.

Los sabios dirimen desde una hornacina tallada en alabastro. Los alaridos estallan en el aire quebrando la roca, las  esquirlas anuncian  el fin de su asidero. El tiempo se distorsiona y las guirnaldas devienen granadas.


Marisa Béjar.
24/10/2017

domingo, 15 de octubre de 2017


Solsticio azabache





Temo al solsticio teñido de azabache.

Vi solidificar palaciegos hechizos y desmaterializarse en lóbregos jeroglíficos.

Soy un Ser gregario en batallas que sólo en sueños cacaraqueo la gloria: aquella que la luz hace ignominia.

Anhelo al observador horneado en desconexión que asiste impertérrito a la vida con porte, argucia y pleitesía. ¡Ay! Esa sería mi alegría: ¡zigzaguear el dolor de mis días!

Soy un guerrero con batallas de argamasa y alud en mi alma.

Quiero embalar el desacierto, porque no logro emparedar mi lucha, esa que subvocaliza la niña y su dicha; embebida de rebeldía susurra el sofisma que ansía mi vida.

Combato el temor, pues tiene razón: ¡Sólo fueron meros espantajos!

Y de nuevo transito entre rostros hoscos y abisales; cabalísticos seres espectrales. 

Hay un espacio fronterizo que sólo gobierna el destino. Es un sendero asilvestrado con ecos altisonantes; de aciertos y agravios plagado, atendiendo a la voluntad de actos.

Ahora oigo el llanto de Níobe…¡Sepultura de tantas criaturas!

El solsticio se tiñe de azabache, ¡clónico empache!

Seguiré atendiendo a la niña y su dicha:

cambalache en tutelaje errante,

cataléptico engranaje que sabotea mensajes.




Marisa Béjar, 15/10/2017.



sábado, 14 de octubre de 2017


El risco




La angosta realidad

reviste mi alma de ruindad.

No estás;

pero sé en qué risco

te iré a buscar.



Marisa Béjar, 11/10/2017

miércoles, 4 de octubre de 2017

Todos oyen. Pocos escuchan.



Respuesta evidente: 
extracto excluyente
al sentimiento carente
de análisis competente.


Marisa Béjar. 04/10/2017

martes, 3 de octubre de 2017

Eclosión.





Oigo un latido exterior… 
¡No, es un temporizador!
Discursos hueros
de mandaderos
de la sinrazón.
Surgen rostros apergaminados
de chirriantes pasos.

La escalinata está derruida. 
Albergando el aliño
del niño
rastreo una salida.

¡Zumbido y hastío!
Se rompe mi corazón, 
eclosión en desesperación.
Busco una ventosa
que cubra mi armazón.



Marisa Béjar, 03/10/2017.