Espíritu escanciado.
Morada de estampa hipnótica
en paraíso clónica.
Te perdí,
pero mi alma sigue allí.
¡Espartana batalla
por regentar tu aura!
Amor hermético al olvido,
amor jamás derruido.
Pareidolia en realidad,
tengo que soñar.
Mi espíritu navega escanciado
fiel a su pétreo pasado.
El espacio está frío,
el sendero abstraído
pero voy sin extravío.
Enaguas de batista sobre mis piernas
de olor a madreselva.
Luciérnagas
en mis pies…
mi ser deambula en el jardín,
descreído del destino vil.
Cede la verja argentada,
braman las ramas,
el mirlo en regocijo grazna
pero ellos no acusan mi llegada.
Marisa Béjar, 17/04/2017.
Siempre se hace alusión a las lechuzas y búhos como aves nocturnas. Pero los mirlos también cantan de noche, y son muy bonitos y amigables.
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