sábado, 8 de abril de 2017




Mi alma está balando por ti.





Cada noche transmuto

para estar contigo.



Canjeo la afrenta y el desacierto

por carruajes de amor eterno:

que en palco de diamantes engarzados,

contemplo ingrávidos

sobre el suelo adoquinado.

¡Allí expira el ardid mundano!



Despierto azorada,

¡Malsana el alba!

Mi rostro embotado

por amor del pasado.



Cortinas convulsas

franquean la ventana

aullando al infinito.



Sobre el velador

tu imagen en daguerrotipo

sonriendo en añil,

mientras mi alma

está balando por ti.



Marisa Béjar, 07/04/2017.


4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Gracias!
      El olvido cada uno lo lleva a su manera.
      En mi caso parto de la premisa de que me olvido de pocas cosas...

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Hola Don Dumas. Sí, por supuesto, los recuerdos (aunque todos no sean buenos), son nuestros y nos ayudan a seguir viviendo... Dicen que la gente mayor se apaga cuando dejan de aferrarse a sus recuerdos... Pues eso indica que la misiva es que tenemos que tenemos que recordar.

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