martes, 28 de marzo de 2017

Horror enquistado.




Mi cama es un cenagal con voces cavernosas:
un cubículo fantasmal,
donde el amor
espera almidonado
huir del horror enquistado.
Mi vida quedó destronada,
como alud en costa soleada.
Exangüe ilusión caduca y soterrada,
que fragua lenta en voz ahogada.
Mi cama es un brezal arácnido
con encuentros feroces en falacias de pasión:
donde el amor quedó orillado
y el horror enquistado.


Marisa Béjar 26/03/2017.

Foto mía de una de las gárgolas de la Catedral de Notre Dam, París.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.