martes, 28 de marzo de 2017





Mansión Palaciega







Mansión palaciega,
ansío el fulgor de aura serena.
Si una desbandada letanía
de agravios acontecía,
a ti acudía. 
Y no pasaba nada…
El asedio naufragaba en tu mirada.
Con tus manos de seda deshojabas mi pena,
disipabas la iracunda infamia que graznaba.
Esa mansión palaciega ingrávida albergaba
la paz jamás soñada.
¡Ahora bahía escarpada! 
Temblaba la azucena al vislumbrar tu estela
en un falso señuelo de esperanza,
y en espinas coronaba su nostalgia. 
Esa mansión palaciega adormece desbravada
por tu ausencia prolongada.

Marisa Béjar, 10/03/2010.


      Dedicado a mi abuela Carmen García Royo, que dio muchas horas de amor y bienestar  a mi vida.       

Marisa Béjar 10/03/2010.







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