domingo, 2 de septiembre de 2018


Querubines de la vaguada.








Somos querubines

distorsionando el amperio del excelso arte

de amarse,

socialmente adulterado

por arritmias y farsas cívicas

que asfixian la autoestima.



Querubines de la vaguada,

juntos alcanzamos laderas irisadas

donde queda embarrada

la agorera espera.



Querubines de la vaguada

viviendo en un reino sin cerbatanas.

Nirvana bajo las alas…

¡Esa concavidad abraza las almas!

Donde se extingue la herrumbre

y el pasado son bufonadas

escanciadas en la nada.



Yacemos en un vergel de satén,

reverencial piel: dintel de placer.

Saciamos la hambruna

en nuestras texturas,

desfalleciendo si no hay encuentro

y el susurro muere en el cortejo del averno.

Somos poleas de seda

deslizándonos en nuestra propia esfera.



Marisa Béjar, 31/01/2018

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