domingo, 21 de mayo de 2017

Apoteósicamente bella.




Su alma pulula en aquella montaña.
Vacua es su imagen diurna, 
chispeante bajo la luna.

Espíritu apresado 
en diagrama del pasado
que en vano 
deambula
buscando a su amado.

Designios alquitranados,
pétreos y encapotados.

Ella no puede cruzar la montaña,
¡Él ignora poder hallarla!
Tironea en su corazón
orfandad y aflicción 
por reminiscencias
danzarinas de ilusión.
Supurante pugna de dolor.

Insondable llanto fantasmal
anclado en abisal intemporal.

Su pena resuena amplificada,
como cascotes arrojados 
en rocas calizas:
eco misceláneo que hipnotiza…

No temas, 
no es toxina, es divina.
Acúnala en tu esfera. 
Él desconoce el canal,
agnóstico en tema espiritual,
aleccionado en materialidad: 
arcaico escollo de adversidad.

Tú que tienes visión multiforme y periférica, 
empotra el miedo,
 ve con ella:
apoteósicamente bella.


Marisa Béjar 20/05/2017.

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